El romanticismo a lo largo de la historia ha estado ligado a los hombres. Hubo grandes e ilustres poetas y/o escritores románticos que llegaron con sus letras al corazón de quienes los leían.
Ocurre que indagando en esa misma historia, nos damos cuenta fácilmente, de porqué la mujer no desarrolló su actitud intrínseca hacia esa sensibilidad y la mostró tan abiertamente; sencillamente, la mujer estuvo siempre al margen de esa posibilidad. La mujer era un florero. Era educada para ser culta en su justa medida y en todo lo relacionado con la feminidad. Criada para ser madre y esposa amantísima. De ese modo, las poquísimas que se atrevieron a desencorsetarse, hubieron de hacerlo bajo seudónimos masculinos.
En los blogs pululamos gran cantidad de mujeres. Todas hablan en sus espacios de cosas interesantes, hermosas, divertidas, apetitosas. Todas...menos yo, qué le voy a hacer.
Hoy, lo reconozco, tengo uno de esos bajones tontos. Lo sé.
Esto del blog para mí es, digo siempre, como esa pieza de puzle que se pierde una y otra vez en la caja y sin ella es imposible terminar la composición. Hay que buscarla para completar lo incompleto.
Bien. A veces me planteo dejarla perdida, porque como en los puzles que haces y deshaces...¿qué sentido tiene?
Escribir me reconforta, me complementa, sí, pero, ¿puedo vivir sin ello?
No, pero podría hacerlo sin exponerlo por aquí, como hice durante años hasta que mi hijo me abrió mi primer blog. Tengo cantidad de folios, libretas y retales de hojas escritas. En realidad, si escribo para mí, ¿qué más necesitaba? ¿ésto?
Hay días que me levanto dudando al respecto.
Ser romántica y sensible es comprendido por aquellos seres que también lo son, poco más. Mi blog no es interesante, no hablo de temas candentes, no coqueteo con la política. Tan sólo dejo libre mi alma sensible para esas mujeres fieles que siempre llegan y esos dos o tres hombres que no temen mi empalago. Sé que no voy a cambiar, así pues, hay días que me pregunto qué hago aquí y me digo que tal vez debiera cerrar la tapa de este baúl que soy, dejar dentro mis derrames y si algún día me desbordo, volver a mis libretitas...
No sé. Hoy estoy plof. Quizá deba coger aire.
No os voy a comentar en unos días. Os leeré solamente, así, sin dejar mis comentarios, no tenéis, tal vez, la obligación de venir a comentarme.
Gracias a vosotras que siempre estáis y a esos de vosotros que no tenéis problema en venir.