Me espían llegando al punto álgido de la locura visceral de esta pantomima; este juego erróneo y horrendo.
Los siento. Me rodean sin preámbulos. Seseantes, sus alientos penetran las paredes de mi cuerpo agarrotado.
Noto arder mis pupilas fijas en un techo que parece alejarse hacia la infinita y tétrica negrura. En mis manos, un ligero temblor se aproxima hasta hacerse terremoto incontrolable buscando aferro en las sábanas deslizantes.
También ellas pretenden huir de lo inexplicable.
Mesan mis cabellos enredándolos entre sus dedos perdidos al tiempo que un chillido atroz, rasga el silencio moribundo.
Es mi voz salida de unas profundidades desconocidas para esta pétrea mujer que soy.La respiración paralizada, el sueño ido, la garganta seca.
En mis entrañas pobladas de extrañeza, algo va cobrando vida impetuosamente.
No quiero pensar. Y pienso.
No quiero ver. Y veo.
No quiero morir...
Y muero.
Y muero.
Imagen de la red.
Música de fondo, insistente, incansable, continua...
¡Ah!
Este despertador se merece un beso.
Uffff, ¡maldita pesadilla!
*Feliz noche de difuntossssssssssssssss
Hassssssta el Miérrrrrrcoles amig@sssssss