Quiero mirar la vida como lo hace una flor...
Marinel.

domingo, 19 de julio de 2020

El misterio...

Que bonito es el mar.
Observándolo se diría que el misterio
es cierto, que, además, ese "alguien" de allá arriba
es virtuoso y polifacético.
Toca todas las artes con sus manos etéreas.
Inventa y erige paisajes diversos pletóricos de formas,
músicas, colores e incluso sabores jugosos.
Siento que le gusta el verano. La brisa de barlovento
mesando el cabello debe ser una caricia suya.
Que insigne pintor capaz de pincelar la linde de
esta vastedad de lapislázuli y hasta llegar a ese tono intenso,
ir dejando un reguero de azules cerúleos, turquesas,
celestes, verdosos o índigos.
En la profundidad acuática nadan peces, danzan algas ante
trémulos corales. En el techo, un orfeón de gaviotas
canta sin parar mientras sobrevuelan buscando manjares.
El de la batuta las dejó marchar parece que hastiado.
Sonrío...no cantan muy bien, su voz es un chirriar.
Brilla la orilla. Más allá las rocas.
Gracias a la luz, diviso montañas en la lontananza.
Todo me impresiona.
Luego va llegando el aturdimiento...
Voces, griterío, risas y algún llanto.
Me da una pelota. Dos pasos frenéticos
levantan la arena tapando mis ojos...
Desde mi interior asciende un suspiro...
Me pregunto...
¿Seremos tal vez un acomodo repentino,
un transitorio adorno, un simple atavío
en estas sus excelsas obras?


Unas palabras profundas...

Ahí afuera, mas allá de ideas de bien o mal,

hay un lugar.

Nos vemos ahí.

Cuando el alma yace sobre la yerba.

El mundo esta demasiado lleno para hablar de él.

Las ideas, el lenguaje, incluso la frase 'cada uno'

No tienen sentido.



"Yalal ad-Din Muhammad Rumi"
















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