La jardinera las miraba una y otra vez. Observaba a la vez que dejaba discurrir los pensamientos por los vericuetos del cerebro. Intentaba decidir cuál tomar prestada a la tierra para decorar algún rincón de la casa, si cortar las dos, si ninguna.
Las dos eran preciosas.
Una le parecía algo más tímida, su color era como si el sol le hubiese regalado un atisbo de su fogosidad, su elegancia era incuestionable, su perfume delicado.
La otra aparecía radiante en su hermosura. Se le antojaba que ésta en las noches de luna llena, se había llenado de su blanca luz tiñendo su color original, difuminándolo. También aromática, su perfume era algo más fuerte como su presencia altiva y elegante.
Amarró un pensamiento que navegaba solo en su mente:
Como las personas, se dijo sin voz.
Nacidas en la misma tierra, compartían el misterio de la existencia, su fugacidad, ese período de vida indefinido e ignorado. Distintas en presencia, en aromas, en color y sin embargo hijas de la misma especie. Una frente a la otra sin enfrentarse, sin dañarse, sin hábitos dañinos, sin otra pretensión que vivir el tiempo que les tocase hacerlo, de una forma sencilla, acompañándose, respetándose…
No, volvió a pensar la jardinera:
Las personas no son exactamente iguales. Ellas, (nosotros) tenemos las espinas alargadas, luchamos por todo, tenemos malas costumbres, no conocemos el conformismo o el respeto o …
Aquí se detuvo, miró la tijera, se levantó dirigiéndose hacia las rosas que parecían mirarla desde su quietud. Estaban a su merced
Las rozó delicadamente con sus manos, dio media vuelta y se marchó dejándolas enraizadas. ¡Estaba tan bonito ese rincón del jardín!
Prefiero ser rosa, decía mientras se alejaba...
Lo de las personas es una paradoja. Hay días que no sé si somos clones.
ResponderEliminarInteresante relato, me dejas pensando aceca de la humanidad. Hasta que punto la naturaleza se inpone a nuestras necedades e incertidumbres. Y sin embargo pensamos que somos los seres más civilizados, me encanta tu historia, besos
ResponderEliminarHay que ser flor con sus colores y perfumes, para hacer lo que hizo esa jardinera.
ResponderEliminarHay que ser como tu eres para describir a esas rosas, que siguieron viviendo en el rincón de tu jardín, además sentirse acariciadas por las yemas de tus dedos.
Un abrazo amiga por compartir.
Jecego.
Mi querida Marinel: También las rosas tienen espinas, yo no sé si para defenderse del que las quiera hacer daño. Rosas y personas nos parecemos en eso(por lo menos algunas) en que intentamos vivir en paz con nosotros mismos y con los demás hasta que si intentan hacernos daño a nosotros o a las personas que queremos, sacamos las espinas para que marchen.
ResponderEliminarMe ha encantado la delicadeza de tu escritura pero eso ya lo sabes desde siempre.
Brisas y besos.
Malena
Cierto, querida Marinel, las rosas tienen espinas para defender su hermosura, pero algunas personas tenemos espinas para herir a los demás. En mi optimismo, me aferro a la suavidad de sus pétalos y a su perfume.
ResponderEliminarUn beso y un abrazo.
pd.Espero que a tu niña le haya gustado mi cuento. ¡Claro que puedes quedártelo!:)
Hola, Marinel: las rosas nunca ofenden, las rosas siempre difunden el misterio increíble de su forma, de la espiral de sus pétalos entrecruzados en tan preciosa manera, las rosas... ay no necesitan casi ni jardinero que de ellas se ocupen. Como le decía un mejicano malo a su jefe criminal, pero, en una peli de mejicanos malos y asesinos que ví, arrastrando las palabras con su acento: lo ve, jefe,hasta en el desierto crecen las rosas.
ResponderEliminarSaludos blogueros
La Rosa se defiende con sus espinas, pero es humilde como ella sola,pues está a expensas de cualquier hombre que quiera "podarla"...
ResponderEliminarIndudablemente la naturaleza (perfecta!)es insuperablemente superior a lo que hemos llegado a ser nosotros,los "seres humanos"...
Precioso lo que he leído, salido de esa cabecita tuya...
ABRAZOS MILES!
Hola Marinel!! Hermoso texto, para reflexionar, nosotros nos diferenciamos en muchas cosas con ellas. Lamentablemente una importante es el respeto, que últimamente ha quedado en el olvido, por lo menos aquí, en mi país.
ResponderEliminarNunca olvidé tu hermosa imaginación, hoy vuelvo a encontrarla y me hace muy feliz.
Besossssss
Dirìa que la naturaleza, nunca tiene segundas intenciones. Es honesta.
ResponderEliminarCon nosotros, no siempre es asì.
Un abrazo.
la natura nos abruma
ResponderEliminarlas rosas tienen no solo belleza, tienen dureza y dolor
igual que todos nosotros
besitos y buena semana
Muy reflexivo tu relato, muy verdadero cuanto expresas, me encantan las rosas, si no tienen espinas mejor. Es un placer leerte, me sirve para pensar, para aferrarme más a la paz, a la belleza de estar en este mundo positivamente. Muchas gracias amiga. Besos.
ResponderEliminarLa jardinera entendió a las rosas y las dejó vivir su efimera existencia, las dejó ser rosas no adorno de 2 días en cualquier habitación.
ResponderEliminarUn beso desde mi nube
Marinel, escribes precioso. Me ha conmovido tu relato. Yo también prefiero ser rosa pero a veces se me salen las espinas sin poder evitarlo. Los humanos tenemos esa parte buena y esa mala, ese espejo que nos acusa de lo que llevamos dentro. Todo es cuestión de dominar nosotros a los sentimientos y no dejar que ellos nos dominen.
ResponderEliminarMe ha parecido una historia genial y muy bien escrita.
Un abrazo, artista.
Has puesto a este lector ¡temeroso, nervioso y ansiando que la jardinera no se acercara más a las flores! Le has dado un gran alivio. Siempre he pensado que adornamos nuestras miserias con cadáveres de flores -una lástima-. Gracias por no permitir que la protagonista cometiera floricidio.
ResponderEliminarUn abrazo florido.
Precioso jardín de pensamientos en forma de flores que tiene la jardinera. Yo tampoco habría cortado ninguna flor. Yo no quiero cortar ningún pensamiento...
ResponderEliminarBesos.
Donde se quedaron están más hermosas. Muy bonito y un bello mensaje. Besos amiga
ResponderEliminarMuy hermoso relato una muy entretenida entrada, me encantan todas las flores y toda la sabiduría está en la naturaleza.
ResponderEliminarBesitos amiga que estés muy bien.
Sin duda, un interesante relato que nos hace reflexionar sobre las diferencias individuales y que a pesar de los defectos, las virtudes se imponen. Marinel, siempre es un placer leerte. Recibe un abrazo sincero.
ResponderEliminarEl hombre de Alabama:
ResponderEliminarSomos enigmáticos, capaces de lo mejor y lo peor.
Un beso.
Mixha:
A veces somos civilizados,pero en otras muchas, tenemos unas espinas dolorosísimas.
Besos.
Isidro Jesús:
No pude cortarlas ese día,aunque confieso que sí las he cortado otras veces...así que no soy mejor que nadie.
Un beso y gracias a ti.
Malena:
Al igual que las personas,la naturaleza tiene sus defensas contra aquello que puede dañarlas,pero sólo si se la intenta dañar.Nosotros repartimos daño de forma gratuita muchas veces.
Gracias hermosa.
Besos.
Eduardo:
Así es,somos buenos y malos y en ocasiones esa maldad es sin motivo.
Le encantó tu cuento canción.Inventamos musiquillas y la tarareamos,jajaja
Beso y abrazo.
José antonio:
Son flores hermosas las rosas.Bueno en realidad las flores lo son todas,¿no crees?
Tenía razón ese mejicano,hasta en lo más árido nacen flores.
Un beso.
Maritza:
La naturaleza es un ejemplo vivo de sabiduría que nos aleccionaría más si le prestásemos la debida atención.
Besos miles.
Gabriela:
El respeto es una de esas cosas que se echan en falta,sí.Hay otras muchas cosas que se van perdiendo al compás de las ilusiones por culpa(quizás) del desasosiego,la incertidumbre de un sólido futuro.
Imaginación fue presentada a mí hace muchos años y somos amigas,aunque a veces reñimos :)
Besossss
El Gaucho:
Eso es exactamente lo que diría yo también.
Un beso.
Elisa:
Así es en las rosas y en nosotros,pero en las personas parece predominar más a veces el dolor.
Besos.
Julie:
Soy reflexiva a la vez que espontánea.Sencillamente me dejo llevar intentando disfrutar,aunque no siempre lo consiga.
Besos.
Saudade8:
Justo eso es lo que pasó para alegría de las rosas.
Un beso desde mi mar para ti.
Merche:
Gracias, escribo solamente,pero gracias.
Yo también quiero ser rosa(ese día lo fui)pero no siempre lo soy naturalmente(soy humana)y saco espinas alargadas y dañinas.
Un beso para ti y gracias por venir.
Julio díaz:
Nuestras miserias y alegrías decoramos con cadáveres de flores o próximos a serlo.Son también un regalo sentimental,una demostración de afecto...pero lo cierto es que sesgamos sus cortas vidas aún más.
Ese día no las corté,fui más rosa que persona interesada.
Un beso.
Miguel:
Bonita interpretación de lo que disimuladamente quería dejar caer y tú has captado a la perfección.
Un beso.
Ana Galindo:
Sí ahí en su lugar,arraigadas a la tierra,siguieron tan perfectas y contentas.
Besos.
Gladys:
Debemos aprender de esa sabiduría que nos rodea,pero no,no siempre lo hacemos.Yo la primera que no lo hago.
Besos.
Cinarizina:
Un texto más que me hace recapacitar a mí y os muestro a ver qué pensáis vosotros.
Me alegra que te guste.
Besos.
¡ qué preciosa ROSA eres Marinel!!.. que placer disfrutar de tu jardin..
ResponderEliminarun alivio a tanta tensión acumulada..
un abrazo enorme
isla
Isla guapa!
ResponderEliminarEstamos rodeados de tensiones,malos rollos,futuros inquietantes,presentes nefastos...pero qué quieres que te diga...o me "a-islo" hablando de cosas bonitas o me hundo y esto último no me apetece lo más mínimo.
Besos miles.
Magnifico texto, de nuevo, amiga... Las rosas y su efimera belleza...
ResponderEliminarSiempre me ha dolido que las rosas se mantengan bellas mas tiempo si son cortadas y colocadas en un vaso con agua que si se mantienen en la tierra...
Su vida es un simbolo de lo efimero.
Un abrazo fuerte
He resuelto muchas veces que flores y seres humanos tenemos analogías múltiples.
ResponderEliminarLo efímero y hermoso de la vida, entre otras.
Nuestra debilidad, nuestra esencia.
Hay filosofía pura acá, teñida de suave poética.
otro beso
SIL
Por un momento pensé en el final de siempre. Las rosas en un jarrón.
ResponderEliminarMe dijeron una vez que soy rara porque evito pasar por las florerías.
De rosas tus palabras, Marinel. Una preciosidad.
Un saludote grandote.
Antiqva:
ResponderEliminarPiensa que en sus raíces está su mundo,el sustento de su corta vida.Al arrancarlas,su fugacidad es aún mayor.
Besos amigo.
Sil:
Yo también lo pienso y siento así.
Gracias hermosa.
Beso gigante.
Luna:
No te voy a ocultar que aunque en esa ocasión no las corté,si las he cortado otras...
Humana al fin...
Gracias.
Un beso.
Lo que la naturaleza nos ofrece es un jardín y nosotros a veces mutilamos su belleza para hacerla nuestra.
ResponderEliminarNo sabemos acercarnos a alguien a veces sin rozarlo con nuestras espinas.
Besos, Marinel.
Zarzamora:
ResponderEliminarJusto es así como vamos por la vida en muchas ocasiones,sí.
Pero todos!
También nos hacen daño a nosotros de manera ingrata.
Menos mal que hay muchas otras cosas buenas,que si no!
Besos.