Es un día perezoso en medio del mundanal ruido de la tiránica rutina. Sonrío irónicamente pensando en que es un día encontrado. Sí, lo es porque esta sociedad nos apunta a golpe de calendario, cuando podemos o no hacer un alto en el camino laboral.
Me lo encontré a los pies de la oficina, saltando como niño retozón queriendo subir a mis brazos. Lo acojo con alegría y sin embargo…
Me siento como flor reseca en su maceta, mustia por falta de agua, con apetito de un abono vital que me aligere de esta sensación aplastante que me impide saborear las horas que, sin piedad, van transitándome como si fuese una carretera en circulación continua.
Pienso, más bien recuerdo, sin saber muy bien por qué, aquella visita de hace años a unos suburbios alejados del ir y venir de los transeúntes acomodados o de clase media, como tan manidamente llamamos a las personas cuyo ritmo es un monótono viaje del trabajo a casa, fiesta los fines de semana y algunas de guardar como la que me asiste hoy.
Se me vienen a la mente aquellos niños, tan niños como yo lo era entonces, con sus vestiduras zarrapastrosas, sus narices enrojecidas por el frío, de las que brotaba un viscoso líquido que en mí, así como en mis compañeros de clase, producía como mínimo, incomodidad, por no decir asco.
La precariedad de aquellas chozas hechas de jirones materiales, los charcos ennegrecidos, los vehículos-casa tan decrépitos, el aullido de las ratas recorriendo su terreno compartido con humanos.
Y aquellos ojos limpios, sus miradas diáfanas, sus sonrisas vertiendo rayos de luna y carcajadas de sol.
Me atropella de nuevo la amalgama de sentimientos que emergieron como jardín en mí, la pesadumbre de ser incomparable a ellos por mi físico cuidado, mis ropas oliendo a suavizante y suave perfume, mis sempiternas trenzas de pelo pulcro y sin tirones. La, quizá, nostalgia por esa libertinaria libertad de hacer y decir cuando placiera a mis interioridades. Ese volar sin ser vista, sin burocráticos calendarios, sin presiones lapidarias.
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Ser. Sencillamente ser y vivir sin otra pretensión que hacerlo.
Puede que ellos piensen lo mismo. A cada cual le toca su vela y sólo queda soplar en la dirección que se ajuste.
ResponderEliminarUn beso, guapa.
Marinel, me viene a la memoria un tiempo compartido con mi otra mitad de ayuda a los drogadictos, allá en el lugar más perdido de los suburbios de la ciudad, en aquellas noches heladoras de invierno repartiendo cafés calentitos, bocadillos y ropa a esos seres decrépitos, algunos, otros aún empezando y son tantas las historias, son tantos los padres arruinados que vuelves a casa, cansado, desilusionado y llega un momento que tienes que dejarlo de tanto ver la "cara oculta de la Luna" esos seres olvidados por la sociedad.
ResponderEliminarUn beso,
¡Qué dificil... habrá que intentarlo, pero no ayuda verte mustia por el desencanto.
ResponderEliminarDios es un enigma.
ResponderEliminarEl lugar de cada uno en el mundo es un enigma.
Solo vale mejorar el "entorno cercano". Solo eso.
Un abrazo.
Recuerdos de un hermoso ayer donde no había PsP Ni móviles , y a pesar de todo sus ojos con límpidas miradas llenaban la inocencia de las calles.
ResponderEliminarla nostalgia brota del alma a las letras, y en ese dia "encontrado"
hemos tenido la suerte de penetrar más en tu dulce personalidad.
Bonito post , entrañable con dosis de un precioso inconformismo.
Un beso
Quizás el alma les huela mejor que a nosotros....
ResponderEliminarbesos
Vivir, que no es poca cosa, dejarse ser, sólo eso...
ResponderEliminarLos colores son iguales pra todos, solo hay que mirarllos.
Un saludote grandote, Marinel.La vida es bella.
Hola Marinel!! Precioso discurrir. Cuando una deja la imaginación volar junto a recuerdos, vivencias, surgen sentimientos y deseos. Como tú dices vivir y ser sin otra pretensión.
ResponderEliminarBesossssssss
ESOOOOOOOOO!!! LA LIBERTAD ES NATURAL!!! ME GUSTA SU DETERMINACIÓN Y COHERENCIA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
No podemos cambiar las condiciones de los otros, tal vez sólo nuestro entorno cercano. Está bien cavilar en ellos, pero creo que no lo es derrumbarse. Hay Alguien que tiene el control de todo, aunque parezca injusto!
ResponderEliminarBueno, es mi opinión.
Abrazos miles por tu texto, por tu vida,por todos y todo...
Me ha gustado especialmente este texto Marinel, tiene sabores que han vuelto a mi mientras recorría tus letras...hasta las distancias en el tiempo parecían encogerse...
ResponderEliminarImpresionante el comentario de "DE CENIZAS".. uffff..
un beso grande guapa
isla
Marinel, sabes, yo a veces pienso -vamos estoy seguro- de que este mundo ya no es mi mundo...
ResponderEliminarIntento acomodarme lo mejor que puedo, pero creo que mi mundo era otro. Ahora todo es muy distinto. Supongo que es la ley de la vida, que implica un cambio continuo.
Un abrazo y mucho animo, amiga
Parecemos marionetas en manos del tiempo y de los demás, esto no es vida, no, pero es lo que hay y lo que nos toca, eso sí, tenemos el derecho a protestar.
ResponderEliminarUn besito.
Es imposible cambiar la vida de todos los seres que habitan en la miseria; pero si que podemos con nuestras manos, ayudar a generar ideas y desarrollar capacidades. Hace poco falleció un hombre maravilloso, que me enseñó a mí , a mis compatriotas, a la burocracia reinante, que si se puede construir una Escuela en quince días. Él lo hizo. Creó una Fundación, para reconstruir mi país, y no tan sólo construyó esa Escuela sino que varias más, que fueron arrasadas por el tsunami en mi país... Marinel, no podemos desaparecer la pobreza; pero si que podemos ser generadores de los cambios, que ayuden a erradicarla.
ResponderEliminarBesos.
Yo me sumo al comentario de Taty. No creo que estemos aquí sin otro sentido que vivir mirándo y aceptando,
ResponderEliminarme rebelo ante el fatalismo. Creo firmemente en que podemos, al menos, intentar ayudar a que los demás puedan encender sus velas.
Me engachó tu texto...com sempre :)
Petonets.
Mi querida Marinel: Te comprendo perfectamente porque toda mi vida profesional se ha desarrollado en los suburbios de esta gran ciudad que es Barcelona y he visto y he atendido a los más afectados por las peores lacras de esta sociedad que los ignora.
ResponderEliminarBrisas y besos.
Malena
ojala, en nuestras manos estuvbiera la capacidad de cambiar la vida de la gente...Tocaste un tema para mi muy delicado y doloroso.Por que hay muchiiisima gente sufriendo y nosotros nos cruzamos de brazos,es cierto...Mil besos Marinel,y mil gracias
ResponderEliminarSer, simplemente ser y ser sintiendo la vida, esa que a veces se nos escapa corriendo tras el tiempo que ansiamos.
ResponderEliminar¿Habrá mejor manera de apreciar la vida misma si no es en esa libertad?
Besos dulces mi niña!
Es tanta la precariedad que hay en el mundo que si miramos a nuestro alrededor nuestros ojos se encharcarían de lágrimas.
ResponderEliminarUn beso.
Somos tan afortunados y nos quejamos tanto...
ResponderEliminarCuando nos paramos a discurrir en otros seres, de igual condición que nosotros, que no tuvieron o no tienen tanta suerte... y viven.. como nosotros... en otras circunstancias...
Que injustos somos a veces con nuestros deseos...
Precioso y conmovedor texto Marinel.
Besos mediterráneos.
Como dicen por aquí, cada uno barre su parte de la acera. Para ciertas cosas, cada persona tiene sus ideas y es muy difícil que todos nos ajustemos a lo mismo. Muy buena reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo !!
Marinel, conozco el tema. He trabajado en escuelas de barrios muy humildes en donde una cama era una chapa con una manta encima.Lamentablemente no está en nosotros cambiar su historia, debería partir de los gobiernos para que esa gente, educándose, pueda salir de la miseria. Pero no podrán mientras acepten las dádivas de aquéllos.
ResponderEliminarBeso
Hola Marinel...un encuentro entre dos mundos distintos, para nosotros, pero que al final, será igual para todos...hay un momento en la vida en que las diferencias dejan de ser...como siempre es un placer leerte, QDTB, recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo las he visto Marinel, he visto esas miradas, he palpado el fondo de ojos de esos niños. Y es tan jodidamente fácil poder tender la mano que me rebelo ante la necedad de los otros "pobres", los que poseen recursos pero ni un gramo de humanidad.
ResponderEliminarHoy tu entrada me ha tocado muy dentro, mucho, por motivos personales y porque tienes una forma excepcional de adentrarnos en las palabras.
Un besito, preciosa..(me fastidia siempre no tener más tiempo para visitarte con calma)
Cuando nos acostumbramos a vivir en cautiverio, nos acometen dos ideas reincidentes.
ResponderEliminarVolar lejos de la jaula de oro, y saber que moriremos si lo intentamos.
Y así, transcurrimos la vida.
Excelente el disparador de este relato.
Beso grande
SIL
hola marinel cielito a veces se nos quea una imagen grabaita en la retina eran niños que no podian tener mas y eran felices con lo poco que tenian asi es el mundo llenos de niños viviendo en la miseria pero amiga no podemos hacer na lo pueen los poderosos que inventan maquinas pa matar y gastan fortunas en ellas, los poderosos deberian de pensar que hay muchas criaturitas que no tienen lo necesario ni una infancia bonita muuu buena entraita disculpa mi tardanza en venir besitossssssss
ResponderEliminarAlgo puede cambiar.
ResponderEliminarCada uno aporta un poco o mucho.Pero no bajar
los brazos.
En un punto, nos encontraremos todos.
Enigma del resultado ?? Te saludo desde el mar.
Enteramente de acuerdo con los poetas Taty y Eduardo, no podemos dos cosas: Cambiar aquellas vidas inmersas en la pobreza ni abusar de lirismos proclamando nuestra sensibilidad a ultranza de sus precariedades. El asunto es proponer, hacer. Como sea, tu llamado siempre es oportuno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enteramente de acuerdo con los poetas Taty y Eduardo, no podemos dos cosas: Cambiar aquellas vidas inmersas en la pobreza ni abusar de lirismos proclamando nuestra sensibilidad a ultranza de sus precariedades. El asunto es proponer, hacer. Como sea, tu llamado siempre es oportuno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enteramente de acuerdo con los poetas Taty y Eduardo, no podemos dos cosas: Cambiar aquellas vidas inmersas en la pobreza ni abusar de lirismos proclamando nuestra sensibilidad a ultranza de sus precariedades. El asunto es proponer, hacer. Como sea, tu llamado siempre es oportuno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy con añil y con El Gaucho.
ResponderEliminarBesos.
Esos días encontrados son los que pueden cambiar las cosas, y despertarnos del letargo...
ResponderEliminarBesos, Marinel.