No esquivo
instante alguno, cuánto menos, esos huecos hurtados al espacio veloz de la
rutina donde, simplemente me dejo llevar por las agujas invisibles del tiempo
detenido en el asombro de sí mismo y esa pausa que lo hace entremeterse en mis
azares, en esa voluntad indispensable en mi estructura de rendirlo a manejos
disuasorios.
Es un
lapso de segundo algunas veces, apenas el roce en mariposa, un leve forcejeo en
fantasía , ligero impás de pluma desprendida captando un soplo de aire.
Todo se
desdibuja a la solaz de ese intervalo, entretejida al pasmo, llamado también
alelamiento, despiste o limbo momentáneo.
Imagen de Google.