La inventó en
acuarela sobre su lienzo.
En la epidermis,
entre temblores iba emergiendo:
Suave misterio, tenue
alborada, nube de Abril.
Nació a sus dedos
como espejismo nace en desierto.
Pasaron soles, calores, vientos.
De porte hierático; tan oceánica,
fantasmagórica,
liviana al
fin.
A todas luces una visión.
¿Dónde el anhelo quedó?
No era la dama para sus sueños,
mujer de anidar amor.
Dejó pinceles, tomó su obra:
La abandonó.
En la negrura,sobre una hierba
pintada al óleo, verde verbena,
allí la dejó.
Anocheciente se aleja ella,
deja su brisa,blanca paloma
La enamorada, acongojada,
sonrisa triste de compasión.