Sobradamente nos bombardean con la tan traída reforma laboral, que ahora, tras planear sutilmente el espacio informativo, va saliendo a la superficie más dura y resbaladiza de las incrédulas mentes de los trabajadores, y de los que antes lo eran aunque permanezcan en este presente de crisis, abocados al estatus de parados con escasas posibilidades de retomar su vida laboral.
Y de hacerlo:
Estarán permanentemente en manos de empresarios y de su ética profesional y humana; de sus caprichos, siempre "demostrables", por supuesto…¡faltaría más!
Estos presentando algún que otro papel burocrático,(puro trámite) tendrán la oportunidad de tener a sus empleados trabajando con el escabroso sueldo de 480 euros durante tiempo indefinido, renovando un contrato anual de aprendizaje tras otro.
Podrán enviar a sus trabajadores fuera de su lugar habitual, (ciudad, pueblo, etc) e incluso subirles la categoría sin remuneración alguna.
Despedirlos tras ese año como “aprendices” si así lo desea sin desembolso alguno que merme su bolsillo.
Estas y otras cosas, no son sino pequeñeces, restos de un naufragio, que van saliendo a flote y para las que los “sindicatos de los trabajadores” expresan su “malestar”…
Mientras tanto, los señores diputados y políticos, sean de la calaña que sean, cobran sueldos y dietas que les hacen flotar en un barco a vapor por encima del pueblo llano, que impresionado por el giro de los acontecimientos y sin nadie que les cubra las espaldas, ve deteriorarse su presente, devastarse su futuro, anular sus esperanzas y las de las próximas generaciones.
*Lo siento, pero el panorama me impide hacer escritos celebradores de amor ni cosa parecida. Tenía que aportar mi granito de arena, mi repudia hacia esos políticos de sueldos astronómicos, banqueros en la cúspide del poder, seres deleznables que nos ahogan a los de siempre.
Sencillamente:
No puedo permanecer callada o impasible.
Marinel.