Quiero mirar la vida como lo hace una flor...
Marinel.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Arbolito mío...de mi vida

 Mirándote me lamento...

¿Qué podría decirte yo, arbolito deshojado?

Escribir una diatriba cargada de descontento,

ira, furia, incomprensión...

Podría. Oh, sí, podría.

Sin embargo...me late un corazón dentro.

Esperpéntico, casi desnudo, y tus frutos

 perdidos entre lamentos.

Siento que de nada serviría todo ese enojo, 

comprensible, bien es cierto, para animarte a seguir

 luchando por tus esquejes que germinaron 

un día henchidos por la ilusión.

¿Cómo hundirte en tu apariencia?

¿Quién soy yo, si lucho por mis raíces,

 por mis hojas desprendidas,

por poder mirar al cielo sin temor?

Arbolito de mi vida...

Sentada a tus pies te observo.

Mis manos se vuelven alas

 llenando tu tronco de besos.

Callo y dejo que fluya el sentimiento 

de esperanza, en un, tal vez, fútil intento

 de guarecernos unidos de este insano viento, 

egoísta y desalmado.

Arbolito mío, mi amor llegará más lejos.

Ante la tesitura de hundirnos

 o seguir hasta los huesos...

No cejo.

Sigamos en el intento.




Unas palabras profundas...

Ahí afuera, mas allá de ideas de bien o mal,

hay un lugar.

Nos vemos ahí.

Cuando el alma yace sobre la yerba.

El mundo esta demasiado lleno para hablar de él.

Las ideas, el lenguaje, incluso la frase 'cada uno'

No tienen sentido.



"Yalal ad-Din Muhammad Rumi"
















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