Imagen de Google.
Transita mi sangre un revoloteo, pájaro quizá, buscando
cobijo.
Lo presiento azul, azul como el cielo, azul como el mar.
Vuela a ras del tiempo, de mi voluntad, de luces y sombras.
No persigue nada, tan solo volar en esta maraña de huesos y
carne,
en esa otra esencia que solo se nombra sin verla jamás.
Desenjaula el día, abre el intersticio de la realidad,
para en volandeos, llevarme a la noche,
esa pajarera donde habitan sueños.
Mi pájaro azul, llegada la luna, aquieta sus plumas,
se enrosca estelar sobre mi regazo.
Titilando queda junto a mis latidos, como un universo
al fin contraído.
Pájaro y mujer quedan sosegados,
Pájaro y mujer quedan sosegados,
nocturnos azules donde dormitar.