Ahhhh...
Espacio indómito, excelsa sensación
en bocanada capaz de crear
una ensenada.
Perpetuo huidor, la fuga en ti
es buque insignia;
a la sazón,
estela emborronada.
No hay brizna de temor en tus andanzas.
A veces soplo de aire arrebujado
o auténtico ciclón
que nos despeina
los sentidos y atenazas
la savia que viajó desde
una nada forjadora de destinos,
y,
levitó creciéndose en suspiros.
Brío, denuedo, redaños...
Silencio lenguaraz.
¿Podemos?
Ahhhh...
No.
No podemos.
¿Unísono de a dos,
cabeza y esternón?
Tu fama te precede...
Eterno independiente
el corazón.
Espacio indómito, excelsa sensación
en bocanada capaz de crear
una ensenada.
Perpetuo huidor, la fuga en ti
es buque insignia;
a la sazón,
estela emborronada.
No hay brizna de temor en tus andanzas.
A veces soplo de aire arrebujado
o auténtico ciclón
que nos despeina
los sentidos y atenazas
la savia que viajó desde
una nada forjadora de destinos,
y,
levitó creciéndose en suspiros.
Brío, denuedo, redaños...
Silencio lenguaraz.
¿Podemos?
Ahhhh...
No.
No podemos.
¿Unísono de a dos,
cabeza y esternón?
Tu fama te precede...
Eterno independiente
el corazón.
Éste órgano es el director de nuestros pasos e indiferente a la razón viaja a su libre albedrío. Hoy me dictó que escribiera algo, para después, volver a emigrar durante otro lapso de tiempo.
Aquí está, pues, un intento poético al de la batuta.
Besos a tod@s. Os leo siempre y os llevo ahí, justo ahí...
:)
*Imagen tomada de Google.
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