…Conservo intacta la pericia en la batalla, en esa lid
vestida de diario y sin sorpresas. Me falta sin embargo aleccionarme en el
asalto, ahí donde el asombro me acorrala dejándome abatida la columna...
Puede que eso ocurra por no ser persona de asaltos, de combates; tu poder, inmenso poder, está en la palabra, esa que nos llega y nos abate de sensaciones cálidas que más que matarnos nos resucitan. Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Nunca hay que darse por vencido, aunque las sorpresas son la salsa de la vida y, según como, recuperan esa columna y lo que se ponga por delante. Un abrazo y besos.
Me recuerdas a esos escritores que se suben al ring de la escritura a pelear con sus sombras y fantasmas y no se bajan del trabajo hasta que están exhaustos, lo importante es lo que dejan escrito.
Me recuerdas a esos escritores que se suben al ring de la escritura a pelear con sus sombras y fantasmas y no se bajan del trabajo hasta que están exhaustos, lo importante es lo que dejan escrito.
Marinel, siempre te leo, pero el timepo me desafía y me vence, por eso no puedo contestar a tus escritos enhebrados de fantasía. Lo hago cuando puedo. Abre la puerta y conocerás el asalto en un relampago; y en el asombro verás una luz que nunca te escribieron y un brazo de amor sustentará tu columna.
Hay tantas las cusas por las que a veces nos sentimos abatidos, aun después de la victoria en la batalla...
Nunca te des por vencida Marinel, ahí creo que está el secreto.
Sigo sin poder estar con vosotros con la frecuencia que yo quisiera, la vida real, asi me lo exige de momento,espero estar con vosotros,con más asiduidad.
Hermoso escrito, Marinel. Si sabemos dónde fallamos, es fácil subsanarlo (si nos interesa hacerlo) La palabra, es una herramienta muy poderosa. Besos, feliz domingo
Las sorpresas nos ponen a prueba y requieren de nuestra fortaleza y talento...No tengamos miedo,aunque temblemos inevitablemente,Marinel... Mi gratitud y mi abrazo siempre en este domingo gris y lluvioso. FELIZ SEMANA. M.Jesús
La actitud lo hace todo. La lumbalgia me ha venido bien para descansar, y me lo tomo como buen ánimo. Mañana a currar y con buena disposición. Después iré al fisio, mientras estoy con la manta electrica y antiinflamatorios.
Hay que coger a la vida por los cuernos, que no queda otra, o eso o te mustias.
A las buenas, mejor que la columna no se abata al menor contratiempo. A las malas, cualquiera sea la actitud que tomes, se convertirá en fracaso, Marinel...
Quizás se trata de no pensarlo tanto y de dejarse llevar más por el instinto y por los sentimientos; ya sé, es dificl entre tantas batallas de la vida diaria, pero a veces sólo hay que dar unos pasos y cruzar la calle. Un beso.
Buenos versos... que en la brevedad germine el sentido, que se abra un acceso, que vislumbremos... "dejándome abatida la columna" me parece una imagen muy potente. Y en cuanto al contenido: la batalla diaria de la vida vs esos excepcionales momentos y sentires que nos devuelven a nuestra más intrínsica naturaleza. Un saludo fraterno desde el confín austral!
Es cierto que el día a día aprisiona y aplasta en una espiral de rutina; e invocamos a la sorpresa y a la interrogación....Bellas imágenes literarias para una vital reflexión.Un cálido abrazo.
Querida Marinel: Cada día que pasa, es una batalla que le vamos ganando a la vida. Tú, amiga mía,eres una mujer fuerte, no hará falta que nadie te de instrucciones para afrontar lo que sea. Hoy quiero dejarte un cariño muy especial. Kasioles
La lucha por la vida. Estamos preparados para las pequeñas escaramuzas,pero en ocasiones sobrevienen ofensivas inesperadas que desarman. Muy hermoso y muy cierto lo que nos cuentas. Un abrazo
Si perdemos la capacidad de asombro, nos quedamos incompletos. Lo importnte es seguir, con la espalda derecha y mirando al frente... Y caminando. Cariños varios, mi niña. (¡Me encantan tus letras!)
Puede que eso ocurra por no ser persona de asaltos, de combates; tu poder, inmenso poder, está en la palabra, esa que nos llega y nos abate de sensaciones cálidas que más que matarnos nos resucitan.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
¡Ay!, luna que reluces
ResponderEliminarblanca y plateada,
toda la noche alumbres
a mi linda amada.
Hércules
no hay q rendirse
ResponderEliminarEs lo malo del asombro, que siempre nos pilla desprevenidos.
ResponderEliminarPericia, asalto, asombro... y siempre queda algo que nos sorprende aunque estemos cansadas. Adelante, amiga. Un beso.
ResponderEliminarNunca hay que darse por vencido, aunque las sorpresas son la salsa de la vida y, según como, recuperan esa columna y lo que se ponga por delante.
ResponderEliminarUn abrazo y besos.
Me recuerdas a esos escritores que se suben al ring de la escritura a pelear con sus sombras y fantasmas y no se bajan del trabajo hasta que están exhaustos, lo importante es lo que dejan escrito.
ResponderEliminarMe recuerdas a esos escritores que se suben al ring de la escritura a pelear con sus sombras y fantasmas y no se bajan del trabajo hasta que están exhaustos, lo importante es lo que dejan escrito.
ResponderEliminarMarinel, siempre te leo, pero el timepo me desafía y me vence, por eso no puedo contestar a tus escritos enhebrados de fantasía. Lo hago cuando puedo.
ResponderEliminarAbre la puerta y conocerás el asalto en un relampago; y en el asombro verás una luz que nunca te escribieron y un brazo de amor sustentará tu columna.
Hay tantas las cusas por las que a veces nos sentimos abatidos, aun después de la victoria en la batalla...
ResponderEliminarNunca te des por vencida Marinel, ahí creo que está el secreto.
Sigo sin poder estar con vosotros con la frecuencia que yo quisiera, la vida real, asi me lo exige de momento,espero estar con vosotros,con más asiduidad.
Un abrazo y ánimo.
Asombrarse es la sal de la vida, siempre hay que dar saltos y no tener miedo a las caídas pues nos levantamos con mas fuerza.
ResponderEliminarCariños...
Vencedores es posible que no pero vencidos nunca, tenemos que luchar y nos quedan muchas metas.
ResponderEliminarBesos,
Hermoso escrito, Marinel. Si sabemos dónde fallamos, es fácil subsanarlo (si nos interesa hacerlo)
ResponderEliminarLa palabra, es una herramienta muy poderosa.
Besos, feliz domingo
Nos sorprenden tantas batallas...
ResponderEliminarEs un texto breve, pero con mucha miga.
Un abrazo grandote y mil gracias por estar cerca.
Todos tenemos un momento que nos resulta más difícil.
ResponderEliminarLas sorpresas nos ponen a prueba y requieren de nuestra fortaleza y talento...No tengamos miedo,aunque temblemos inevitablemente,Marinel...
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo siempre en este domingo gris y lluvioso.
FELIZ SEMANA.
M.Jesús
Sí, intactas en la batalla, pero con invisibles heridas y constantes...
ResponderEliminarBesos
La actitud lo hace todo. La lumbalgia me ha venido bien para descansar, y me lo tomo como buen ánimo. Mañana a currar y con buena disposición. Después iré al fisio, mientras estoy con la manta electrica y antiinflamatorios.
ResponderEliminarHay que coger a la vida por los cuernos, que no queda otra, o eso o te mustias.
Besotes hermosa!
A las buenas, mejor que la columna
ResponderEliminarno se abata al menor contratiempo.
A las malas, cualquiera sea la actitud que tomes, se convertirá en fracaso, Marinel...
Besos
Batallar, luchar, caminar, y CREER en nuestra fortaleza interior...
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde, amiga Marinel :)
Quizás se trata de no pensarlo tanto y de dejarse llevar más por el instinto y por los sentimientos; ya sé, es dificl entre tantas batallas de la vida diaria, pero a veces sólo hay que dar unos pasos y cruzar la calle.
ResponderEliminarUn beso.
Por eso siempre digo que no me gustan las sorpresas.
ResponderEliminarTexto y foto para enmarcar.
Besos.
ResponderEliminarHola Marinel.
Cada día nos trae un nuevo afán.
PAZ, AMOR Y ARMONIA, te deseo desde Valencia.
Un beso, Montserrat
Buenos versos... que en la brevedad germine el sentido, que se abra un acceso, que vislumbremos... "dejándome abatida la columna" me parece una imagen muy potente. Y en cuanto al contenido: la batalla diaria de la vida vs esos excepcionales momentos y sentires que nos devuelven a nuestra más intrínsica naturaleza.
ResponderEliminarUn saludo fraterno desde el confín austral!
Es cierto que el día a día aprisiona y aplasta en una espiral de rutina; e invocamos a la sorpresa y a la interrogación....Bellas imágenes literarias para una vital reflexión.Un cálido abrazo.
ResponderEliminarEn la sorpresa, en el asalto es donde la pericia marca la diferencia; allí donde no cabe la meditación ni la espera.
ResponderEliminarBesos
Pues es mejor esa falta en el asalto, deja que el asombro no se consuma jamás.
ResponderEliminarQuerida Marinel: Cada día que pasa, es una batalla que le vamos ganando a la vida.
ResponderEliminarTú, amiga mía,eres una mujer fuerte, no hará falta que nadie te de instrucciones para afrontar lo que sea.
Hoy quiero dejarte un cariño muy especial.
Kasioles
Nuestras armas son las letras; nuestra lanza, la palabra ... el enemigo es poderoso, pero le ganaremos la batalla.
ResponderEliminartu fiel seguidor.
Spaghettti
No hay que rendirse, y mucho menos perder la capacidad de asombro.
ResponderEliminarun abraxo!
La lucha en el asombro resucita la fortaleza para sobrellevar las heridas del combate.
ResponderEliminarBesos
Pues ya es mucho eso de conservar intacta la pericia en la batalla diaria
ResponderEliminarMuy bonita tu forma de decirlo.
Un abrazo
Aun resta el tiempo...
ResponderEliminarSaludos, Marinel. Buenas tardes.
La lucha por la vida. Estamos preparados para las pequeñas escaramuzas,pero en ocasiones sobrevienen ofensivas inesperadas que desarman. Muy hermoso y muy cierto lo que nos cuentas. Un abrazo
ResponderEliminarMejor.
ResponderEliminarNo creo mucho en la ventaja del asalto, sino más en la caricia cotidiana de la lluvia y las flores.
Precioso.
Mil besos.
SIL
Me falta sin embargo aleccionarme en el asalto
ResponderEliminarSin palabras, Marinel
Abrazos muchos
Si perdemos la capacidad de asombro, nos quedamos incompletos.
ResponderEliminarLo importnte es seguir, con la espalda derecha y mirando al frente...
Y caminando.
Cariños varios, mi niña.
(¡Me encantan tus letras!)