Y si el universo conspira embrutecido y nos aquieta...
-Incapaz de respirar-
Dánzale con el alma.
Hazle saber que el corazón es el mejor
camino para el llanto.
Ante él, enfurecido, abre la ternura,
riégalo de gestos endulzados capaces
de vencer al miedo.
He aprendido que la sensibilidad es un regalo
hermoso y anhelado en gélidos días
de férrea oscuridad...
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