Fotografía deKylli Sparre
La primavera está enajenando a mis pájaros.
¡Pobres!
Llevan rumoreando una eternidad enramillando
su alegría, cuando llegan días de invierno
y muda su canto feliz en canto tirititón.
Ellos, mis pájaros, iban y venían con
sus piquitos cargados para anidar.
Anidaron. Siempre lo hacen.
Año tras año anidan sin pedirme permiso
en las ranuras de la salida del gas,
en la ventana de atrás.
(Nada romántico, les digo)
Hubo un tiempo que tomé la determinación de exterminarlos.
Llamé a quienes ofician eso de hacer desaparecer pájaros y nidos.
Vinieron y se fueron ante mi abatimimento,
mi sentimiento de culpa, mi incapacidad
para la vileza.
Desde entonces viven aquí sin vivir en mi ni conmigo.
Ellos traen rumores de primavera,
rayos de sol de cielos despejados y celestes,
siseo de flores, silbidos de vientos.
Fabrican su nido y al tiempo, una algarabía de piares
chiquitos inundan la cocina
en cada amanecer.
Yo me acurruco y ronroneo de placer ante sus cantos.
Me aíslan por segundos del mundo,
construyen otra especie de nido floreado y disperso
desde donde tomo impulso
y sin volar como ellos, vuelo.
Sonrío, Marinel.
ResponderEliminarEste poema nos une pues en una rendija de aireación de mi cocina también anidan cada año.
Tierno poema.
Besos.
Verónica, ya ves...qué lugares tan curiosos para anidar, ¿verdad?
EliminarGracias.
Besos.
Un sonrisa para empezar la semana
ResponderEliminarBueno una carcajada
EliminarY un abrazo
Marijose, se puede comenzar sonriendo y acabar carcajeándose!
Eliminar:)
Abrazo para ti.
Nos dejas un trino largo y tendido, Marinel...Muy original y genuino.
ResponderEliminarQue sigáis trinando juntos muchos años, un placer escucharos.
Mi abrazo y mi cariño.
M.Jesús, es lo que me sale escuchando esos trinos ya tan de mi casa sin serlo.
EliminarEso parece que sucederá, sí.
:)
Abrazos con cariño.
¡Que suerte! pajarillos, ¿gorriones a lo mejor?, a mi hija le anidaron murciélagos y no se puede quitar el nido hasta que los polluelos han volado. Un abrazo pio pio pio
ResponderEliminarEster, creo que no,aunque no soy experta en pajarillos, mi padre sí lo era y el canto del gorrión no es lo que escucho yo de mis pájaros.
EliminarMurciélagos!
Quitar un nido parece fácil o lo es pensarlo, pero hacerlo...
Pío pío, jajajaj
Un abrazo.
Bonitos amaneceres, esos de rebullirse en la cama oyendo a sus vecinos en su nido. Suerte tienen ambos, usted su canto y ellos su sensibilidad. Besos
ResponderEliminarCapitán Smith, no los escucho arrebujada sino en el desayuno, en ese instante pacífico tras el despertar. Pero sí, al final es una suerte para ellos y para mi.
Eliminar:)
Besos.
Es que los pajarillos son muy traviesos
ResponderEliminarSaludos
Kristalle, y cantarines!
EliminarSaludos.
Ese sentimiento de culpa....te espero para la terapia. :P
ResponderEliminarYo lo que tengo son palomas que anidan en el techo y no son bienvenidasssssssss pero ahí están =((((
Besos =)))
Liliana, es que no fui capaz de dejar que quitaran el nido!
EliminarYo ya los he adoptado, fuera de casa aunque dentro, pero su canto por todas partes.
Iré a tu consulta, jajajaja
Besos.
Debes seguir volando.
ResponderEliminarBesos.
Amapola, en ello estoy.
EliminarBesos.
Benditos pájaros que te sientan tan bien.
ResponderEliminarBesos.
Toro, la cuestión era asumir sus cantos y quererlos, u odiarlos y malvivir...prefiero que me sienten bien :)
EliminarBesos.
Preciosa imagen que nos dejas en tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafael, gracias, me alegra que te guste.
EliminarUn abrazo.
Me encanta oír a los pájaros. Y si su canto se hace poesía, pues entonces ya ni te cuento..
ResponderEliminarBesos.
Miguel, a mi al final también. Nos hemos hecho amigos e incluso, como ves, poetizo sobre ello.
Eliminar:)
Besos.
Los pajaros siempre traen alegría, aunque aniden en un lugar poco propicio.
ResponderEliminarMe encantó tu poema, sobre todo cómo cambiaste en la segunda parte, cuando aceptás con placer su compañía.
Besos, Marinel.
Mirella, lo cierto es que sí. Si algún día están más calladitos, me falta algo.
EliminarSí, era la mejor solución y me encanta.
Besos.
Su triar es la música del cielo
ResponderEliminarBesos
Noel, con el tiempo así lo veo.
EliminarBesos.
El tiempo va a cambiar hasta los pájaros y no digamos a nosotros, pero incluso con el cambio saben donde se arriman y tú te dejas conquistar con sus trinos, no saben ná.
ResponderEliminarTracy, desde luego en lo de anidar sí que han cambiado...
EliminarYo decidí ser su amiga aunque no tenía muchas opciones, jajaja
Ha sido una mezcla extraña este precioso poema tuyo MARINEL, como si tus pájaros te llenaran de trinos a la vez que de malestar o a lo mejor no eran ellos y sí el lugar que eligieron para hacer su nido que por lo que sea es un pobreza para ti, en realidad así a lo lejos me parece precioso tener viviendo a unos pa´jaros contigo y si se suman a los que habitan tu cabecita .. una buena colección de plumas y trinos. Tranquila, tampoco yo podría matar a un pajarito, aquí la tiene tomada con las palomas y bueno, en exceso todo casa problemas pero es que a lo emerjo somos nosotros los que estamos invadiendo su hábitat .. quien sabe. Lo que sí sé es que escribes súper bonito ; )
ResponderEliminarMil besos pajarito!
MuaaaksS!
María, es una mezcolanza la de sentimientos que me produjeron los pajaritos, así que intenté transmitirla.
EliminarPor un lado sus trinos inagotables, al principio, me parecían rompedores de mi paz...más tarde, los imaginé cómodos en mi espacio, felices y esto me produjo una grata sensación y finalmente aceptación de convivencia...en paz!
Curioso, sí...tengo pájaros en mi cabeza que unen sus trinos a los inquilinos forzosos y ya queridos. Tendré que querer también a los de mis sesos aunque a estos me cuesta un poco más, jajajaj
También puede ser lo que dices y mi casa esté donde no toque.
Mil besos de pajarito.
Eso que dices tú, nos pasaba a nosotros en casa hace muchos años. En primavera, los pájaros se metían a anidar en los tubos del respiradero del gas, y llegaban hasta la misma campana de la cocina.. Vamos que los podías oír hasta de respirar. Hasta que uno no se percata de que son pájaros, no resulta agradable, ya que la primera vez, piensas que se ha podido meter alguna rata. Ya hace años que no tenemos gas, y desde entonces se le acabó a los pajaritos llegar hasta la campana. Ahora también te digo que ese "pío pío" casi todo el día no resultaba agradable, y cuando enchufabas la campana, no veas el chasqueo que pillaban los inquilinos. Salían por el tubo a la calle cagando hostias; ellos y un montón de pajas. Bonita mezcla en este poema.
ResponderEliminarBesos Marinel.
Rafa, yo tengo gas ciudad y los respiraderos están arriba, cerca del ventanal y ahí anidan una y otra vez desde hace años. La verdad es que cuando se les escucha a todas horas se hacía un poco agobiante, pero he de decirte que a fuerza de escucharlos ya nos hemos acostumbrado.
EliminarGracias.
Besos.
HAY TRINOS QUE NOS CAMBIAN LA ACTITUD.
ResponderEliminarABRAZOS
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA veces eligen los lugares más extraños, incomodan, pero también nos acompañan. Me gustó.
ResponderEliminarBesos.