Adoraba los días precipitados
hacia un abajo indefinido,
esos que se despiertan totalmente
desmandados, te despeinan y colocan la sonrisa
en la cornisa de los labios a punto de descolgarse
sin saber muy bien dónde dejarse caer
o el porqué de ese querer abalanzarse.
Cuando los ojos se abren desperezados ya,
dispuestos a verlo todo, muy abiertos,
como recién venidos del paritorio.
Amaba esos amaneceres entre torpes e intrépidos,
buceantes las manos en el mar del armario
sin ápice de interés por otra cosa que vestir
su desnudez, por aquello del asombro
de los demás transeúntes de la vida...
Se lanza al fin la sonrisa entre
cabriolas sonoras, tan sólo de pensar
en las caras de la gente si la vieran cual
Eva en el edén antes de la manzana.
Esos despertares, aún a pesar
de lo que después pudiese acontecer,
eran mágicos, dúctiles, maravillosos compinches
a los que recordar en el transcurso de las horas.
Misteriosos albores, se decía para sí,
que a buen seguro serían consecuencia
de una jaranera noche a la luz de las estrellas
en la que ella, ajena, era tan sólo
el cubículo que las posibilitaba.
hacia un abajo indefinido,
esos que se despiertan totalmente
desmandados, te despeinan y colocan la sonrisa
en la cornisa de los labios a punto de descolgarse
sin saber muy bien dónde dejarse caer
o el porqué de ese querer abalanzarse.
Cuando los ojos se abren desperezados ya,
dispuestos a verlo todo, muy abiertos,
como recién venidos del paritorio.
Amaba esos amaneceres entre torpes e intrépidos,
buceantes las manos en el mar del armario
sin ápice de interés por otra cosa que vestir
su desnudez, por aquello del asombro
de los demás transeúntes de la vida...
Se lanza al fin la sonrisa entre
en las caras de la gente si la vieran cual
Eva en el edén antes de la manzana.
Esos despertares, aún a pesar
de lo que después pudiese acontecer,
eran mágicos, dúctiles, maravillosos compinches
a los que recordar en el transcurso de las horas.
Misteriosos albores, se decía para sí,
que a buen seguro serían consecuencia
de una jaranera noche a la luz de las estrellas
en la que ella, ajena, era tan sólo
el cubículo que las posibilitaba.
Libre!!!
ResponderEliminarNoel sí...algunos despertares nos hacen sentir así
EliminarPreludio de la alborada para volar en libertad...
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafael, libertad es una palabra inmensa...
EliminarUn abrazo.
Al alba la libertad completa.
ResponderEliminarBesos.
Alfred, sí...hay albas así de libres
EliminarBesos.
Otro extraordinario poema.
ResponderEliminarQué feliz parece la dueña de la noche jaranera.
Besos.
Toro, mil gracias.
EliminarSon despertares de gratas sensaciones, pasajeros también, pero gratos.
Besos.
Muy consecuente se deja llevar hasta la plenitud del amanecer.
ResponderEliminarBesos
José Manuel, hay que dejarse llevar por amaneceres así, ¡tan escasos!
EliminarBesos.
Y yo que pensaba que la manzana le había dado la libertad, ilusa de mi antes, mejor antes en el amanecer de la vida. Un abrazo poeta
ResponderEliminarEster, el amanecer de la vida a veces es simplemente la sensación de despertar feliz y sin pensar en lo que realmente es vivir...
EliminarYo también creo que le dio la libertad esa manzana.
:)
Un abrazo.
Me encantó la imagen de la sonrisa que se descuelga y se deja caer de la cornisa de los labios... El poema entero desprende sensaciones muy gratas.
ResponderEliminarUn gran abrazo, Marinel y gracias por tu cálido comentario.
Mirella, me alegro que te guste esa sonrisa asomada con indolencia, deseando caer.
EliminarSon amaneceres blandos y siempre escasos.
Un fuerte abrazo y gracias a ti por tus escritos.
Hija, pero que bien escribes.
ResponderEliminarTracy, muchísimas gracias porque sé que eres la mar de amable...
Eliminar;)
Algunos amaneceres son como tu poesía, bellísimos. Leerte es un verdadero placer, amiga. Mi abrazo fuerte y mi cariño.
ResponderEliminarJulie, mi poema no lo es tanto como esos bellísimos y raros amaneceres, pero mil gracias.
EliminarUn fuerte abrazo con todo mi cariño.
Mientras haya luz habrá esoeranza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amapola, muy cierto.
EliminarUn abrazo.
Bellas letras,cariños.
ResponderEliminarAlfa, muchas gracias.
EliminarCariños para ti.
Se siente y se vive en permanente libertad...un hallazgo interesante de la poesía aquí.
ResponderEliminarsaludos .
Magdelí, no siempre se siente y vive así, por eso se valoran tanto ciertos momentos.
EliminarGracias.
Saludos.
Qué preciosidad MARINEL!!!!
ResponderEliminarHacía tiempo que no me pasaba por aquí y ha sido leerte y empezar a sentir -como tu protagonista- esas mariposas revoloteando dentro, esas ganas de asombro ante todo lo que pueda depararnos ese nuevo día.. qué bien has expresado esa emocionante ingenuidad de asomarse a un nuevo día con a alegría en la mirada de un niño que va a ver por primera vez el mar. No sé si te he pillado el sentido pero ya ves lo que me ha sugerido a mi esta maravilla tuya! gracias cielo!
Un beso grandísimo y muy feliz finde .. así, como siente tu protagonista ; )
María, mil gracias, preciosa.
EliminarSon despertares voladores, mágicos como digo en mis letras, tal vez por lo escasos que son...yo suelo ser una autómata que pone los pies en el suelo, se calza y va a seguir con el ritual matutino sin más. Pero a veces una se despierta sin saber porqué, como más predispuesta a la felicidad, más satisfecha de una buena noche de sueño reparador. Naturalmente, luego viene el resto del día, pero ese instante es especial, tal como dices...como el despertar de un niño, sí
Gracias siempre y un beso enorme para ti. Buena semana.
Es fantástico ver como vuela tu imaginación convirtiendo en letras pensamientos tan bellos. Un abrazo.
ResponderEliminarMaru, para mi es fantástico tener comentaristas como vosotros!
EliminarMil gracias y mil perdones por lo poco que os dedico...ando siempre liada y no sé cómo desliarme y hurtarle tiempo al tiempo.
Un abrazo.
El amanecer fue consecuencia de la pasada noche.
ResponderEliminarY eso está muy bien. Como tu poema, Marinel.
Abrazo.
Verónica, imagino que cuando una se despierta tan a gusto, tan como feliz, es porque la noche ha sido plena, reparadora y feliz en sí misma, de lo contrario...la rutina es la que prima.
EliminarGracias.
Un abrazo.
Necesito explicación de " noche jaranera"
ResponderEliminarA ver si va a ser lo que estoy pensando!!!
Nahhhhh.
Voy por dos Martinis y me cuenta despacito todo..
beso jaranero
S
Sicilia, jajajaja
EliminarSiempre me haces reír, eres la pera!
¿No te has despertado nunca con la sensación de que la noche se ha ido de juerga, se lo ha pasado tan bien que te hace despertarte pleno y feliz?
Y cuando digo la noche, digo la noche...ellla, sin ti, si tu intromisión.
Yo sí. Es como que yo solo soy el mundo que ella se pone por montera sin mi consentimiento.
Ahí es nada....
:)
Venga, bebamos despacito los Martinis, jajajaj
Besos :))
Sicilia necesita ir a consulta....jajajaja
ResponderEliminarNo, pos WOW! así yo también quiero noche jaranera, eh? más, con eso de que la belleza interior no se arruga!!!! :P
Pa'soñar Marinel, pa'soñar!!
Besos =)))
Liliana, va a ser que sí...dale cita, ajajajaj
EliminarAntes de dormir dile a la noche que disfrute mucho para que te sientas bien al amanecer, a ver si hay resultados, va.
:)
Pos eso.
Besos.
Eso es un despertar haciéndole un guiño a la vida.
ResponderEliminarUna joyita.
Besos, princesa.
Eva, a veces-pocas-me despierto así, oye...debería ser a menudo, pero no.
ResponderEliminarGracias.
Más besos, hermosa.