Miro, por si puedo ver más allá de la mirada...
En ayeres subestimados se escondió la sonrisa.
Añoro la luz de la carcajada que en ocasiones
traía consigo. Ese faro iluminando el instante
de zozobra corporal, ese fugaz e intenso trago,
que cual beoda saboreaba hasta la última partícula.
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