Me fascina lo lejos. Los horizontes coquetean con mis neuronas hasta seducirlas
consiguiendo que me pierda en ellos. Bajo los párpados, en mis atrincheradas pupilas,
surgen chispas de pura efervescencia. Bajo la nariz, una sonrisa bobalicona se dibuja en mis labios.
Ah..., la nariz.
De inmediato, en ella penetran efluvios de viaje; aletea, se ensancha, baila levemente como crepitando tratando de ir entre volutas de aire hasta el remoto punto donde la mirada se instaló solo un tiempo antes. Es inalcanzable, le dice mi mente.
Me entusiasma imaginarme en ese límite distante descubriendo alrededores nuevos, gentes insólitas con aromas extravagantes arrasando las fosas nasales.
Me gusta tanto la lontananza que tras de mi frente he hecho un taller de bosquejos confines en los que la imaginación fabrica historias para mis chispas, sonrisas bobas y olores abisales.
Los horizontes alcanzados siempre nos deparan nuevos horizontes que admirar.
ResponderEliminarBesos.
Saudades, cierto. De ahí el magnetismo que me producen. Siempre hay otro horizonte tras el más "inmediato"
EliminarBesos.
Lo lejano permite imaginar lo que no se alcanza con la vista. Por eso agrada tanto...
ResponderEliminarBesos
Luis Antonio, así es. Me encanta imaginar lo que para la vista a solas es imposible.
EliminarBesos.
Traspasar la línea del horizonte me da miedo, igual que a aquellos navegantes de antaño que creían que caerían a un precipicio.
ResponderEliminarBesos Marinel, hoy desde
http://siempreseraprimavera.blogspot.com.ar/2015/01/a-partir-de-hoy-seguro-que-comenzas-la.html
Norma, pues a mí no, me encantaría dedicarme a conocer un horizonte tras otro, cosa por otra parte, que me sorprende de mí misma que me considero tan cobarde.
Eliminar:)
Besos.
A qué huele el miedo Marinel... siempre la sinestesia (como figura retórica) a nuestro paso, por el camino andado y por andar. Interesante y motivador punto de vista en tu prosa.
ResponderEliminarUn abrazo y mi cariño de siempre bonita escritora.
Leticia, el miedo...creo que debe tener olor agridulce, casi diría azufrado, como ese veneno que se le tira a los tomatitos para que los bichos no los pudran y que ahuyenta hasta quien lo espolvorea...
EliminarSin embargo, creo que el miedo es tan paralizador que olvidamos conectar con ese seguro olor que lo envuelve...
No me considero sinestésica en el sentido literal de la palabra, pero sí "nariz" limitada, pero nariz:
Tengo obsesión con los olores, me llegan antes que cualquier otra cosa; me invaden.
Un abrazo grande y todo mi cariño.
Sinestesia, lo uso en mi comentario con significado de uso literario. Nunca para ser determinante y menos con tu persona Marinel. Besos muchos.
EliminarTranquila, lo entendí perfectamente.
Eliminar:)
Besos miles.
A muchos nos gusta viajar, descubrir nuevos horizontes´
ResponderEliminarRú tienes la capacidad de viajar al infinito sin moverte y ademas sabes hacernos vivir nuevos paisajes
¡Gracias, muchas gracias! por tu insólito decir , genial imaginar y magistral trasmitir...¡Gracias...muchas gracias!
Besos
André
Andrés, viajar es de las cosas más maravillosas que tienen al alcance los seres humanos, tal vez porque los sentidos que poseemos, nos hace disfrutar más el viaje.
EliminarYo no viajo mucho últimamente, pero palío la inmovilidad con la imaginación, ciertamente.
:)
Me alegra poder llevaros conmigo.
Besos y gracias, muchas gracias a ti.
Lo lejos llega a lo cerca de mi corazón, Un beso.
ResponderEliminarAmapola, me gusta saber que compartimos sensaciones.
EliminarUn beso.
Que nunca se quede el horizonte donde no lo podamos ver... Si está siempre será posible soñar con alcanzarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Laura, lo cierto es que sí, que los horizontes pueden ser posibles, casi en su inmensa mayoría. No cabe duda que no debemos darlos por perdidos, peeero...
EliminarUn abrazo.
La imaginación al poder!!!
ResponderEliminarTracy, así es, ¡sin duda!
EliminarCada horizonte es una invitación a la imaginación para salir de viaje, y a veces esa invitación logra hacerse realidad y solo entonces sentimos que el alma esta plena de historias que se guardan como un tesoro.
ResponderEliminarBesos
Ilesín, totalmente de acuerdo. Viajamos con la mente sin barreras, imaginando e imaginando, pero sólo cuando lo hacemos de verdad, podemos sentir la emoción especial que te da el viaje físico.
EliminarBesos.
"Me gusta tanto la lontananza que tras de mi frente he hecho un taller de bosquejos confines en los que la imaginación fabrica historias para mis chispas, sonrisas bobas y olores abisales."
ResponderEliminarEl afán de viajar unido a la magia de los horizontes (los vemos pero jamás los alcanzamos) hacen que nuestra imaginación vuele a lugares lejanos para inventar en ellos otra vida mucho más plena y hermosa que la real.Mientras,nacen bellos textos como este tuyo,para hacernos soñar con otros mundos.
Abrazos en lontananza.
Joaquín, sí, creo que la necesidad de imaginar, tan intrínseca en nosotros, es precisamente por ese saber que siempre habrá horizontes inalcanzables ya que todo horizonte tiene otros y esos, otros...
EliminarNecesitaríamos muchas vidas para llegar a todos o tal vez nunca puedan alcanzarse.
Así, pues, dejaremos volar la imaginación,¿no te parece?
Ella sí puede.
Abrazos lejanos, pero sentidos.
Todo lo que de rienda suelta a la imaginación, bienvenido sea.
ResponderEliminarBesotes!
Ion, yo le doy libertad absoluta, pues con ella viajo por lugares insospechados a todas horas.
Eliminar:)
Besotes.
Marinel, puedo entenderte perfectamente, amiga...Estos días mi mente y mi corazón viajan a Australia y allí tomo en mis brazo a Sofía, mi preciosa nietecita, que huele a cielo y a ternura ...Gracias a la imaginación el espíritu disfruta y se eleva de esta realidad, que a veces es tan fría y tan rutinaria.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tus bellas letras.
M.Jesús
Mª Jesús, ay...qué lejos tienes a tu pequeño tesoro!
EliminarSin embargo, es alcanzable. Puedes viajar hasta allí, lamentablemente, no con la frecuencia que desearías, probablemente, pero de cuando en cuando, puedes tomarla en tus brazos y oler su cielo y su ternura. Me encanta como huelen los bebés y tú has sabido describirlo.
Imaginemos mientras no viajamos de otro modo.
Gracias y un fuerte abrazo para ti.
El horizonte me hipnotiza, son muchos los pensamientos y las imágenes que vienen a mi mente y me gusta saber que detrás de ese horizonte hay otro y luego otro...
ResponderEliminarUna vez leí que la imaginación es el paraíso que por el momento nadie nos puede robar y siempre nos trae algún olor que no hemos vuelto a encontrar.
Saludos afectuosos
Alondra, hipnosis es lo que teje en nosotros, sí. Estoy de acuerdo con eso que dijo alguien.
EliminarLa imaginación no tiene coto, nadie puede poner vallas a este campo inagotable...
Saludos afectuosos.
Contemplando el horizonte se activan nuestros sentidos.
ResponderEliminarCasi sentimos olores, sonidos, sabores, colores.....
y con la imaginación casi los podemos tocar.
Vuela tu imaginación al horizonte y prendidos a ti vamos nosotros en tu viaje.
Enredada en tus letras, me enredo en mis palabras.
una lluvia de besos, dulce Marinel.
Maduixeta, todos. Es en el horizonte donde recala la imaginación más desbordante. Tras lo que alcanza la vista está el misterio, aún sabiendo como sabemos, que habrá otros horizontes, que pueden ser infnitos...tal vez ahí radique el magnetismo que proyecta en la imaginación abriéndole las puertas.
EliminarMe alegra que seáis capaces de volar junto a mí; que viajéis conmigo.
Enredadas, pues, las dos.
:)
Lluvia de besos, Fresita.
(Tenía ganas de decirlo en castellano a ver cómo sonaba, ja,ja,ja)
De ello saben mucho los marineros .
ResponderEliminarCuando a través del horizonte , divisan :TIERRA !!
Besos
Elena, imagino que los marineros sí que sabrán de horizontes y nadie como ellos para sentir lo que es arribar a tierras lejanas.
EliminarBesos.
Hola Marinel, gracias a la imaginación y a ese horizonte sin fin, podemos viajar he imaginar que estamos en sitios que quizás nunca podamos en persona, por eso no dejemos nunca de hacerlo que de momento es nuestro y gratis:)
ResponderEliminarBesos.
Piruja, absolutamente cierto. Así, pues, a imaginar sin límites u horizontes que nos lo impidan.
EliminarBesos.
Siempre tan cerca Marinel...
ResponderEliminarUn gran abrazo.
PD: Algo que me fascina es ojear los comentarios que reciben tus textos... Y las consiguientes respuestas que das. Me ayudan, en ocasiones, a coger el punto a tus palabras... No sería éste el caso. Pero leyendo he dado con la palabra “sinestesia”. Y evidentemente he tenido que recurrir al diccionario.
Marinel, no sé si de cerca o de lejos, todo un mundo por descubrir... ¿Descifrar?
Ernesto, a veces la lejanía no necesariamente significa distancia...
EliminarSé que soy difícil de entender, que no siempre o tal vez nunca sepa expresar lo que siento o quiero decir, así que entiendo y te agradezco, que para cogerme el punto, hagas lectura de las palabras del resto y las mías propias.
Espero que lo cojas tras la tarea, jajajaja
Somos puro enigma, Ernesto. Jamás sabemos a ciencia cierta cómo es una persona.
Un gran abrazo para ti.
Hasta hace pocos años, yo no entendía cómo a la gente le gustaba tanto viajar.
ResponderEliminarPara mí era un martirio, me mareaba en coche, barco, tren, en fin, un desastre completo.
Hoy, debe ser que con los años se superan muchas cosas, disfruto visitando lugares desconocidos y me gusta charlar con sus gentes.
Te comprendo, soñando también hacemos viajes fantásticos.
Cariños y buena semana.
Kasioles
Kasioles, yo siempre fui viajera, al contrario que tú, jamás me he mareado en ningún medio de transporte, tal vez, por esa inmensa ilusión que me he llevado siempre puesta e incluso llenando los bolsillos.
EliminarY no hablo sólo de viajar físicamente que me encanta, sino y sin mover los pies...
;)
Cariños y feliz semana para ti.
Vaya tema que tocas hoy.....creo que ha sido una necesidad humana desde el principio de los tiempos.....ampliar horizontes.....ya sabes...hasta el infinito y mas alla....ademàs, muy sabiamente, tu lo combinas con el viaje interior.....enhorabuena viajera....que no turista....un abrazo
ResponderEliminarVíctor, necesidad vital, cierto. Siempre el hombre anhelando llegar más y más lejos. Y sí, no solamente con el cuerpo, sino con eso otro capaz de llegar a límites insospechados.
Eliminar:)
Un abrazo.
Oler, sentir, ver tras el espejo de nuestras pupilas y tocar con la yema de los dedos imposibles, volar y sentirse viva en esos mundos íntimos que sólo pertenecen a nuestros sentidos y a la fantasía de verlos crecer, hacerse grandes para anidarnos en ellos tras la ventana de la realidad.
ResponderEliminarMil besos, princesa.
Eva, no creo que yo pudiera decirlo mejor ni más bonito.
EliminarHas culminado mi entrada con tus preciosas palabras que agradezco de corazón.
Mil besos y abrazos.
¡Guauuuu, qué lindo Marinel. Desde siempre el hombre ha intentado llegar al horizonte, pensando que le alcanzaría, esto fue lo que ocurrió en la prehistoria con las migraciones de los homínidos.
ResponderEliminarPero hoy, al mirar el horizonte, se percibe, se huele, se alimenta el alma con intensas sensaciones que anidan en nosotros y nos impulsan a continuar buscando nuevos horizontes.
Un abrazo y feliz semana.
Ángeles, gracias.
EliminarCreo que lo llevamos en los genes. Ese afán por descubrir otros mundos, otros límites, otras gentes...
Y creo que es o debiera ser muy instructivo, maravilloso de saber actuar con libertad, respeto y armonía.
Pero sí...es algo imposible. El horizonte no tiene límites y también llevamos en los genes cosas nada deseables.
Un abrazo y feliz semana.
El horizonte es algo que siempre quiso alcanzar el ser humano, pero es inalcanzable.
ResponderEliminarUn beso.
Miguel, así de rotundo y cierto.
EliminarUn beso.
Preciosa tu lontananza querida Marinel,
ResponderEliminarcon todos y en todos los sentidos.
Un abrazo grande
Milena, mil gracias.
EliminarUn abrazo grande para ti.
Si perdemos el horizonte, y el norte, ya la hemos cagado.
ResponderEliminarBesos Marinel.
Rafa, brújulas desorientadas...más aún de lo que ya estamos.
EliminarBesos.
Es todo un misterio en el que nos sumergimos con el pensamiento
ResponderEliminarAbrazos
Lapislázuli, el pensamiento en sí mismo lo es.
EliminarAbrazos.
Hermoso como todas las maravillas que en este mundo nos rozan el alma.
ResponderEliminarLejanía, en ella no existe el tiempo, ni los apuros, solo el anhelo, y encontrar cuanto espacio exista entre ella y el pensamiento. Entonces curiosamente, nos damos cuenta que la distancia no existe.
Gracias por ser la primera en este regreso.
Un cariño inmenso.
Juan
Juan, todo lo que roza el alma es sentimiento y los sentimientos son los que nos hacen avanzar.
EliminarExacto. En lo lejos el tiempo se detiene, al menos, mientras dura el ensimismamiento ante esa inexistente distancia que el poder de la mente deshace.
No hay porqué darlas.
Cariños para ti.
una prosa elegante, bien lograda
ResponderEliminarsaludos
Omar, muchas gracias.
EliminarSaludos.
Es bonito fijar la mirada en los horizontes, están hechos de sueños, de ahí los colores tan bellos que suelen tener :)
ResponderEliminarMuchos besos
Rusaca, muy bonito, precisamente, por eso que dices. Se nota que viajas por lo lejos.
ResponderEliminar:)
Muchos besos.
A mi el horizonte lejano solo me gusta para mirarlo en el paisaje...precioso para perder la mirada en él, pero no me gusta nada pensar en lejano.. en futuro, naada de nada... por eso me encantó lo de los fósforos instante de abajo. Sin embargo este paisaje tuyo en la lontananza es precioso .. me gusta sentir a personas como tú, como el horizonte cerca-lejos ;))
ResponderEliminarSigue mirando por la ventana no te interrumpo más .. yo sigo subiendo ..
A ver de que sabor es el tercer piso de tu tarta/blog jaja Muaaaaaaaaaaaaaakkss!