Imagen de Amanda Cards
No pregunto al corazón.
¿Cómo cuestionar su apaciguado latir?
Si entiendo, comparto y siento...
Estático aparece por momentos.
Me asusta he de decir, no notar su paso
regándome los jardines, los senderitos bordeados
de flores de mil colores, las carreteras más largas
e incluso las malas hierbas con sus funestas espinas.
Su haz rojo se fugó.
Mudó a negro oscuro, oscuro.
Ahora he de lograr devolverlo a mis caminos.
Pintar desde mi profunda pena cada uno
de sus poros, recoser cada latido e intentar
buscar un rojo con el que tintar la noche
sin luna y estrellas con la que vistió su nido.
No habrá rojo rubí, ni si quiera parecido...
Solo atisbo de color a mi pobre corazón.
Mi corazón malherido.